miércoles, 30 de diciembre de 2009

Temporalidad

En eterna porfía transcurren mis días,
con efímeras risas y constantes caricias,
con sonados aplausos y cansados trabajos.
Entre el barullo y la prisa transcurren las horas
marcapasos del tiempo que agoniza al instante.
En el irivenir de este trozo de vida
yo juego a ser grande, yo juego a ser fuerte,
pero sólo Dios sabe cuánto me duele
diluida en mis huesos tu mirada de cielo,
aquella sonrisa de ángel travieso
y esta dulzura que quema mis tiempos.

María Isabel De los Santos Exebio
(Ferreñafe-Perú)

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