jueves, 10 de noviembre de 2011

El Silencio de tu Presencia

En el ir y venir de penas
Y alegrías
Has quedado tú en mi recuerdo,
Inquieta, motivadora, elocuente
Siempre te recuerdo al filo de la vida
Tu tibia voz se filtraba en mis confines y
La nebulosa del tedioso vivir
Sucumbía ante tu presencia estoica.
Desde siempre penetré en ti
Y tu naturaleza era lumínica,
Terrenal, endemoniada, clarividente.
Tus actos se esculpían
Junto a tu verbo
De luminosidad certera.
Celebraré por siempre
Tu percepción cabal y geométrica
De la esencia de los problemas,
Y dar a luz las soluciones
Era magia en tu humanidad de fiesta.
Desde siempre tu espiritualidad inunda
Para contagiar de alegrías, de vida, de fiesta,
Vives con intensidad los días y
Te alcancé a mirarte hasta poder penetrar tu esencia,
Muchas veces te cobije en mis pensamientos impuros
Vaya forma de pecar por tu ardorosa amistad
Y tal vez los años han calado en mí ser la bella imagen
De mujer de aire y de tierra,
Presta a meter la sangre en tus sueños,
Bendigo por siempre a la vida,
Por haberme topado contigo,
Para juntos poder quemar la cizaña
Y llenar de fiesta los corazones.
Por Alexis Alfil

domingo, 6 de noviembre de 2011

Bendito Árbol Milenario

Milenario algarrobo,
fiel testigo de la gloria Sicán
guardas en tu tronco ancestral
las heroicas hazañas del bravo Naylamp.

En tu nombre se fusiona
una mezcla incomparable
de naturaleza e historia
que a todo mundo impresiona.

Milagro del desierto,
formas los más densos bosques
que el Santuario Pómac alberga;
amigo del sapote y del vichayo
eres el orgullo del hermoso Chiclayo.

Tu grandeza no permite
que se amilane tu corazón
ante la mano maldita
que te convierte en carbón;
pues llevas el color
de nuestra sangre Mochica.

Protagonista de mitos y leyendas
tu sola presencia emana
gran energía mística,
pues tu gran vida se remonta
a la colosal etapa preinca.

Eres sereno y constante
tu cuerpo no se inmuta
ante el ingrato que te derriba
olvidando en un instante,
que alguna vez
tu sombra le prodigaste.

Árbol de cabeza broncínea
generoso cual deidad
no sólo conservas la biodiversidad,
eximiendo nuestra ingratitud
eres el sustento de nuestro Perú.

Árbol de verde follaje
y ramas retorcidas,
de abundante inflorescencia
permitiendo la presencia
de las aves más coloridas.

Árbol de alma franca
testigo de mil amores
entre ellos, los picaflores
y de la pava aliblanca.

Árbol bendito,
refugio eterno de vida
tu gran reino es el santuario
donde acoges a diario
golondrinas y huerequeques
eres el gran regalo;
que Dios dió a Lambayeque.

Por Lilia Ruíz Vásquez