miércoles, 6 de enero de 2010

Qanchis

Te conocí en un papel tirado por la calle
como tú habrías querido y estabas siempre:
Sacándole la vuelta a la elegancia,
vagando con el viento cefiral de una
mañana soleada.
Supe así de la metamorfosis de tus células.
Dejé el papel volar; no hay derecho
de hacerte reo de mis manos.
Vuela amigo y llevate lo que me
has arrancado.

Antero Arévalo Lamas (Ferreñafe-Pèrú)

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